Si estás en una comunidad de vecinos o eres fan de la serie ‘La que se avecina’, seguro que estás familiarizado con la palabra derrama. ¿Qué es esto? Bien, en las comunidades de vecinos se aprueban presupuestos anuales. Como bien indica esta palabra, supone una previsión de gastos que se pueden realizar en un periodo de tiempo (obras, reformas, pago de recibos etc ). La derrama se aplica cuando se producen gastos extraordinarios, no contemplados en este presupuesto. Si quieres conocer más y los aspectos legales sobre este término, sigue leyendo Housell.
Como te imaginarás, los gastos imprevistos no son bien recibidos por nadie. Una cosa es lo que nos gusta y otra lo que ocurre. La Ley de Propiedad Horizontal no especifica qué campos comprenden exactamente los gastos imprevistos. Sin embargo, te podemos adelantar cuáles suelen ser estos conceptos: reparación de tuberías, de fachadas, reparación o recambio del ascensor… Sin embargo, puede haber casos aplicados en mejoras que no sean urgentes o imprevistas.
La derrama de una comunidad debe aprobarse en Junta de propietarios. Los propietarios no deberán abonar ningún pago adicional al presupuesto que no se refleje en el acta de cada junta. Los pagos se pueden dividir en varias cuotas o constituirse en una única. Esta decisión deberá tomarse también en la mencionada reunión. Para aprobarse, será necesaria una mayoría de votos. Pero ojo, porque esta depende de la reforma que se quiera realizar y existen cuatro tipos:
En este caso, tendremos que apoyarnos en la Ley de Propiedad Horizontal (artículo 17.11), que nos indica que las derramas de comunidad son responsabilidad del propietario. Es decir, que el propietario está obligado a asumir dicho importe. Por ello, es recomendable cerciorarse de que el piso esté libre de cargas (pagos pendientes). En anteriores publicaciones ya te hemos dicho que es importante, sea para deudas, derramas u en otros aspectos. La ley no indica un máximo de importe a abonar, pero esta puede elevarse hasta suponer miles de euros, dependiendo también del tamaño de la comunidad.
Una vez se efectúe el pago de esta cantidad, los propietarios tendrán que decidir qué hacer con el sobrante, en caso de que así exista. Lo más habitual es que ese dinero se quede como remanente en las arcas de la comunidad, pero también pueden repartirse entre todos los propietarios, si es que así se ha previsto.
Los propietarios que no satisfagan los importes de la derrama de una comunidad pasarán a formar parte de la lista de morosos, perdiendo derechos fundamentales, como el voto en la junta de propietarios. Si el implicado persiste en su deuda, la comunidad podría poner en marcha un procedimiento monitorio. A grandes rasgos, esto supondría un trámite judicial entre el deudor y la comunidad. Si el deudor gana, se cancela su deuda. Si pierde, deberá afrontar el pago de los costes del proceso (abogados, procuradores) más la deuda. Si el pago no se produce, la justicia podría tomar medidas como el embargo de los bienes.
En algunos casos, el propietario no está obligado a pagar la derrama:
Ahora que ya sabes los detalles y aspectos legales acerca de las derramas en una comunidad, entra en el blog de Housell y obtén más detalles del mercado inmobiliario.